martes, 20 de marzo de 2012


Sobre Educación Física...

 


La educación física ha sido un componente de la educación desde que los filántropos del siglo XVIII la introdujeron en sus Escuelas y, si se considera el valor de la gimnástica en la antigua Grecia, desde mucho antes. En nuestro país, ella ha estado presente en el pensamiento de políticos y educadores y en los planes y programas de los colegios desde los albores de la Independencia.
Sin embargo, su consideración y valoración ha variado según el progreso del conocimiento, que ha transformado las organizaciones sociales y, también, las concepciones sobre el cuerpo y el psiquismo humanos.
Actualmente, la educación física es concebida como una educación corporal o educación por el movimiento, comprometida con la construcción y conquista de la disponibilidad corporal, síntesis de la disposición personal para la acción en y la interacción con el medio natural y social.
Enfrentadas a los peligros que apareja el sedentarismo, no sólo en cuanto a la salud física, sino también al empobrecimiento de la capacidad de acción y relación, las sociedades actuales identifican la educación física con la especificidad de la formación del cuerpo y de la motricidad, y la comprometen con la recuperación de la riqueza motriz, con todo lo que ella implica de equilibración intelectual y psíquica, y, por ende, con el mejoramiento de la calidad de vida. La salud no se concibe ya en un sentido solamente físico, sino como el estado de equilibrio entre el individuo y el medio que lo rodea.
Las actividades físicas no sólo proveen al indispensable mejoramiento funcional de la persona, sino que también promueven perspectivas diferentes en el abordaje y manejo del conocimiento, operando tanto sobre la organización psíquica e intelectual cuanto en el plano práctico, instrumental, y comprometiendo a la totalidad de la persona en comportamientos que diferencian e integran sus múltiples dimensiones, disociándolas y reagrupándolas indefinidamente de manera activa y compleja, según las exigencias de las situaciones concretas a resolver.
Por tanto, la formación de personas íntegras, solicitud central de la sociedad a la educación, supone que los niños y las niñas aprendan a relacionarse con el propio cuerpo y el propio movimiento, porque éstos constituyen dimensiones significativas en la construcción de la identidad personal. Con el cuerpo y el movimiento las personas se comunicanexpresan y relacionanconocen y se conocen, aprenden a hacer y a ser. Cuerpo y movimiento son componentes esenciales en la adquisición del saber del mundo, de la sociedad, de sí mismo y de la propia capacidad de acción y resolución de problemas.
En respuesta a esta demanda, la Ley Federal de Educación establece, como principio de la política educativa, el fomento de las actividades físicas y deportivas para posibilitar el desarrollo armónico e integral de las personas (art. 5, inc. 2), formula objetivos relacionados con dicho principio para la Educación General Básica y Polimodal (arts. 15 y 16) e incluye la estimulación de la maduración sensorio-motriz y de las manifestaciones lúdicas y deportivas entre los del Nivel Inicial (art. 13).
Para el cumplimiento de estos principios y objetivos, la educación física se vale de configuraciones de movimiento cultural y socialmente significadas como los juegos motores y deportes, la gimnasia, las actividades en la naturaleza y al aire libre, la natación, las cuales, adecuadamente integradas con otras disciplinas, pueden contribuir a la formación de, prácticamente, todas las competencias educativas previstas en la Ley Federal de Educación.
Los juegos son parte del espacio propio de la imaginación creadora, la invención, la experimentación y la expresión personal.
En los juegos reglados y deportes, los niños y las niñas pueden aprender a negociar, modificar, acordar y respetar las reglas que posibilitan la igualdad de oportunidades para todos. Ellos constituyen una verdadera escuela de democracia, de convivencia y participación, de cooperación y solidaridad, de integración social y pertenencia grupal. En ellos se puede aprender a valorar la libertad y la justicia, a tolerar el éxito y la frustración, a reconocer y respetar las posibilidades y límites propios y ajenos, a afirmar la vida, la paz y el bien común por sobre las tendencias destructivas, la enfermedad y las dependencias psicofísicas.
La gimnasia y la vida en la naturaleza y al aire libre contribuyen no sólo al desarrollo de una "conciencia sobre nutrición, salud e higiene" y sobre"conservación del ambiente", ambas vinculadas con los conceptos de calidad de vida y desarrollo sostenible, sino también a la generación de una cultura del esfuerzo, de valoración del trabajo individual y grupal, y a la construcción de formas de expresión personal y de autonomía individual.
La educatividad y educabilidad del cuerpo y de la motricidad otorgan a los contenidos motores la identidad de un "saber a enseñar". Es tarea de la escuela transmitir este saber, explorar y desarrollar toda su potencia para la formación de competencias educativas.

La importancia de la Educación Física...
          A través de la Educación Física, el niño expresa su espontaneidad, fomenta su creatividad y sobretodo permite conocer, respetar y valorarse a sí mismo y a los demás. Por ello, es indispensable la variedad y vivencia de las diferentes actividades en el juego, lúdica, recreación y deporte para implementarlas continuamente, sea en clase o mediante proyectos lúdico-pedagógicos. Y es que la actividad física contribuye a la manifestación del niño como sujeto social, favoreciendo la comunicación y relación con sus pares a través del trabajo en equipo y la conformación de grupos.
          Palabras clave: Educación Física. Escuela. Formación integral.